Una señora firma en 2015 ante notario su testamento vital (TV), en el que solicita la eutanasia en caso de demencia. Siete años después, con una demencia avanzada, habiendo manifestado “en el ámbito de su libertad y dignidad personal que vivir así, sin conciencia de uno mismo, es absurdo” sus hijas solicitan que se respete su voluntad. Y ahí comienza su calvario.
Esta sentencia (TSJCV) es una historia de catastróficas desdichas (“dolor y sufrimiento; suerte adversa y aciaga”, según la RAE), que atenta contra la dignidad del ser humano, de tratos inhumanos y degradantes cometidos por una cadena de maltrato institucional formada por muchos profesionales: médicos, auxiliares, miembros de la Comisión de Garantía y Evaluación de la eutanasia (CGE), fiscales, forenses, jueces…
Una señora firma en 2015 ante notario su testamento vital (TV), en el que solicita la eutanasia en caso de demencia. Siete años después, con una demencia avanzada, habiendo manifestado “en el ámbito de su libertad y dignidad personal que vivir así, sin conciencia de uno mismo, es absurdo” sus hijas solicitan que se respete su voluntad. Y ahí comienza su calvario.
2 Comentarios
Tarde y mal. Por un lado, la Ley obliga en el art. 18 (e) a cada Comisión de Garantía y Evaluación de cada Comunidad Autónoma a elaborar y publicar un informe anual de evaluación de la eutanasia. Y en otro artículo adicional, a enviárselo al Ministerio de Sanidad (MS) para que publique los datos conjuntos. Pues bien, al año de su entrada en vigor, solo Cataluña y Asturias habían hecho público su informe. A las CCAA el MS les dijo que esperaran, una espera que ha sido decepcionante. El informe es lamentable, repleto de lugares comunes que no aportan nada. 21 páginas que denotan la desgana, falta de interés y compromiso del MS. Es una pena, porque hay muchas personas trabajando muy duro en este tema. Muchas personas se han encontrado con obstáculos inaceptables para ejercer su derecho a morir. Demasiadas, han fallecido durante la tramitación y algunas se han visto abocadas al suicidio. La eutanasia es una nueva prestación, tanto para las personas que la solicitan, como para las que hacen gestión y para las que realizan la asistencia. Avanzamos y aprendemos sobre la marcha. Pero con estos datos en crudo, sin hacer una evaluación de la prestación, que es lo que exige la Ley, es más difícil mejorar una gestión que sabemos que está siendo problemática, fundamentalmente porque algunos elementos se dedican a meter palos en las ruedas. Esperamos mucho más del Ministerio de Sanidad. La ciudadanía lo merece. En unos segundos, estas cuatro palabras provocan en la médica un torbellino de sentimientos. Perplejidad, ante un deseo apartado de la tradición de “salvar vidas”. Sorpresa, por una solicitud que a menudo no se esperaba. Compasión, por el sufrimiento que observa detrás de esas palabras. Incomodidad, porque una demanda tan compleja es inoportuna en su apretada agenda. Desconcierto, por la escasa información sobre cómo se tramita. Inseguridad, ante la falta de experiencia en una prestación sanitaria nueva. Rechazo, a una demanda que considera inaceptable porque va contra sus creencias, le supera, le pilla en un mal momento, con un sistema sanitario en crisis, no tiene el tiempo ni la serenidad necesarios para atenderla, etc. Tras esos segundos, tiene que responder. Mira a la otra persona y le pregunta por qué, de dónde nace el deseo de morir. Entonces, empieza a comprender que salvar su vida significa respetar una voluntad que nace de su libertad y dignidad, elementos esenciales de una biografía que esa persona trata de finalizar según sus valores. Ayudar a morir no es fácil. Tramitar una eutanasia exige tantos trámites que se puede calificar como “un marrón”. Pero también es una oportunidad para aprender y, sobre todo, es un privilegio: el de profundizar en la vida de otra persona y acompañar su decisión de morir hasta el final. Inicio del artículo publicado en la Revista de DMD, nº 88, noviembre 2022. La demencia es la destrucción de la persona. Y además, para algunas de nosotras, también es una pérdida de dignidad que provoca un sufrimiento constante e intolerable, un horror sin sentido, del que -si pudiéramos expresarlo- desearíamos liberarnos cuanto antes mediante la prestación de ayuda para morir o eutanasia. Por eso así lo hemos firmado en nuestro testamento vital (TV). Una voluntad que se debe respetar cuando ya no podamos pensar, ni decir, lo que queremos, cuando ya no recordemos -ni siquiera- lo que para nosotras significa nuestra propia dignidad. La Ley nos reconoce ese derecho, pero hay problemas, algunas ideas preconcebidas sobre el concepto de sufrimiento constante e intolerable que menciona la Ley. Recientemente a una mujer de 68 años con un Alzheimer grave (GDS 6), tras reclamar el informe desfavorable de su médica responsable, la Comisión de Garantía y Evaluación (CGE) le ha denegado su solicitud, porque “no está comprobada la existencia de un sufrimiento físico o psíquico contante e intolerable”. Magnífico documental, de lo mejor sobre eutanasia y su piedra angular: ¿Por qué morir? A traves de varias personas que piden ayuda para morir, nos presenta cómo es la deliberación en la consulta, y también a nivel profesional en dos sesiones clínicas. Con la delicadeza que caracteriza la grabación, escuchamos la despedida previa a una muerte asistida en un hospital y un testimonio final sobre la muerte voluntaria de Clara, una joven de 24 años, que es tremendo, por su claridad, por su dureza y su ternura, porque nos muestra -una vez más- que la eutanasia es un acto de amor. ¡Imprescindible! Disponible en arte.tv. El 5/9/22 el Diario de Navarra publicó un testimonio impresionante, una carta firmada por Beatriz G. Beiztegui, que hablaba de la eutanasia de su hermano, por el sufrimiento constante e intolerable por un trastorno mental: "Había nacido con una mente compleja, era un tipo de persona diferente: tremendamente vulnerable, extraordinariamente sensible, y terriblemente emocional. Amaba la vida y a las personas con pasión. Los últimos meses se preparó para desprenderse de los que más quería: la vida y su madre". "La vida no se pierde cuando dejas de respirar. La vida se pierde cuando la sensación crónica de vacío, la angustia desbordada por evitar un abandono real o imaginario, y el sufrimiento emocional constante, te arrastran a las adicciones y a las conductas suicidas, como única alternativa a un estado permanente de malestar y padecimiento. "En todo momento hemos respetado su decisión de pedir ayuda para morir, y escapar del sufrimiento psíquico –constante e intolerable- que le provocaba su patología. Tan importante es estar ahí para nuestros seres queridos en vida, como dejarlos ir cuando la vida se les cierra. Porque sólo desde la certeza de que la muerte nos espera, amamos la vida". ¡Chapó! ¡Muchas gracias a Beatriz por la carta! Nota: la Comisión de Garantía y Evaluación de la eutanasia de Catalunya ha argumentado su posicionamiento sobre Peticions de PRAM per persones amb problemes de salut mental ¡Buen trabajo! Caso a caso, paso a paso...
En su 1º año de aplicación, la diferencia entre Comunidades Autónomas es sorprendente. A la espera de la memoria anual del Ministerio de Sanidad, los datos que se han ido publicando demuestran que en algunos territorios se han dado cien veces más eutanasias que en otros. ¿Qué está ocurriendo? ¿Acaso la ciudadanía, o la profesión médica o enfermera, tiene diferentes convicciones morales en unas CCAA que en otras? ¿Hay más personas con un sufrimiento contante e intolerable que desean la eutanasia en unos pueblos que en otros? Obviamente no. La Asociación DMD nos da las claves:
Conforme los profesionales conozcan esta nueva prestación y se impliquen, en todas las CCAA aumentarán las cifras de eutanasia, hasta situarse como mínimo en el 0.3% de todos los fallecimientos (una media entre el 0.03 de Bélgica y el 0.6 de Canadá durante los primeros meses). En el primer año, Canadá llegó al 1%, alcanzando el 2% en 2019. En Bélgica, según los médicos se formaron y recibieron apoyo, admitieron las solicitudes hasta el 2.4% actual (en Valonia el 1.5% y en Flandes el 3.3%, aprox.). En Países Bajos actualmente es del 4.5%. ¿Cómo se comportarán las CCAA del estado español? En otros países también hubo obstáculos, como la objeción de conveniencia (Canadá), que se han ido superando poco a poco. El apoyo a los profesionales es imprescindible, pero también la reivindicación ciudadana, incluso en un contexto eutanásico de sufrimiento constante e intolerable. Lo veremos... Nota: Tabla provisional, con datos de los medios de comunicación, pendiente de la memoria anual. Según la ministra, a 24/6/22 ha habido 180 eutanasias. Datos a 28/06:
Algunos medios de comunicación han planteado de una forma torticera la eutanasia de Sophie, una mujer de Canadá de 51 años, relativamente joven, con una extraña enfermedad llamada Sensibilidad Química Múltiple (SQM), que vivía de una prestación social de 1.169 $ . Durante dos años había solicitado una vivienda sin humos, ni contaminantes, y unos días antes de morir hizo público un video, al parecer reivindicativo, en el que decía “el gobierno me ve como una basura prescindible, quejosa, inútil y un coñazo”. Después de Sophie, otra mujer son SQM ha solicitado la eutanasia. El contexto es ideal para la demagogia más estrepitosa (y esperpéntica, cuando hablan de los nazis o la eugenesia), con titulares como “La eutanasia de los pobres desata la indignación en Canadá” (LaRazón). Las fuentes de Canadá son más sutiles y de ahí extraigo la información: ¿Los canadienses están siendo llevados al suicidio asistido por la pobreza o la crisis de salud?; Una mujer con sensibilidad química múltiple eligió la muerte médicamente asistida después de un solicitar sin éxito una casa mejor. La enfermedad de Sophie (SQM), sus circunstancias sociales y sus palabras, le dan una especial complejidad. Ante el caos de la eutanasia en Andalucía, una socia de Derecho a Morir Dignamente pregunta: “Pero ¿de verdad que, como Asociación, no podemos denunciar judicialmente el incumplimiento -por parte de una administración autonómica- de una ley (de obligado cumplimiento, por otra parte) tan ampliamente apoyada por el Congreso de los Diputados? ¿De verdad que hay que tragarse el agravio -respecto de otras Comunidades- de que en Andalucía las criaturas no puedan morir serenamente y sin sufrimiento?” ¿Qué puede hacer si no le permiten tramitar su solicitud de eutanasia?: ¡Pelearlo!
|